Paneles solares más eficientes inspirados en el kirigami.
Los investigadores han ideado un sistema de células solares que, imitando al kirigami, puede deformarse gracias a un patrón similar al de una hoja de papel con cortes transversales.
Las renovables dan un paso más hacia la integración total en nuestra vida cotidiana, esta vez con cristales fotovoltaicos para generar electricidad
La paradoja fundamental de la energía es que se encuentra en todas partes y, sin embargo, el ser humano siempre ha tenido que devanarse los sesos para poder generarla y transmitirla. Torpemente al principio, con la yesca y el pedernal que le permitían obtener el fuego, y de manera más sofisticada después, con la turbina de vapor, que convertía el calor en energía cinética y finalmente en electricidad. Se podría decir que el indicador fundamental del desarrollo técnico de una civilización es su eficiencia energética. El gran salto viene dado ahora por las energías renovables y, a su vez, por la descentralización de la producción, como vaticinaba Jeremy Rifkin.
Imagina ahora un mundo en el que todos los objetos están conectados a internet y todas las superficies son susceptibles de generar electricidad. Un futuro así es completamente posible en parte gracias a tecnologías como el vidrio fotovoltaico, que aplica la filosofía de internet de las cosas a la producción eléctrica. Una evolución que llevará a cada ciudadano a ser un prosumer eléctrico, es decir, a consumir y producir electricidad al mismo tiempo. Los primeros pasos se están dando en el campo de la electricidad fotovoltaica integrada en edificios, principalmente en ventanas y lucernarios. Sin embargo, el camino hacia los móviles con pantallas fotovoltaicas o incluso el mobiliario urbano (marquesinas, bancos) capaz de alimentar pantallas o recargar baterías ya está abierto. Una de las soluciones más revolucionarias en este sentido serían las carreteras solares.
La tecnología del vidrio fotovoltaico utiliza un revestimiento fotosensible para el cristal, que puede ofrecer diversos grados de transparencia, y que sirve para transformar en electricidad la energía solar que recibe. Una de las empresas más avanzadas del sector sería la estadounidense New Energy Technologies, que ha desarrollado un líquido fotovoltaico aplicable a cualquier superficie transparente de forma prácticamente invisible. Esta proeza se logra filtrando la radiación ultravioleta e infrarroja imperceptible para el ojo humano a través de un concentrador solar transparente luminiscente (TLSC). La compañía norteamericana promete una rentabilización de la inversión en el plazo de un año de acuerdo con estudios independientes, aunque el lanzamiento a gran escala no se producirá hasta 2017 como pronto.
Sin embargo, en el aquí y el ahora, hay una empresa española puntera en el sector. Se trata de Onyx Solar, fundada en 2009 y con base en la provincia de Ávila. Desde este rincón castellanoleonés ha protagonizado una vertiginosa internacionalización, convirtiéndose en el líder mundial en la producción de vidrio fotovoltaico integrado en edificaciones. Actualmente cuenta con oficina en Nueva York, más de 70 proyectos ejecutados en 25 países, y 30 prestigiosos premios internacionales obtenidos, que avalan su trayectoria. Suyo fue el primer suelo fotovoltaico del mundo, instalado en la universidad George Washington (Virginia).
Onyx Solar se ha especializado en soluciones a medida para cada proyecto, y en estos momentos fabrica vidrios con alto nivel de transparencia, y de diferentes colores y tamaños. Estos vidrios filtran la radiación ultravioleta (hasta un 99%) y la infrarroja (hasta un 95%), por lo que además de generar electricidad y aislar térmicamente el edificio, protegen de posibles radiaciones dañinas y permiten generar interesantes retornos financieros. Junto con el suelo fotovoltaico, entre sus soluciones constructivas se encuentran los lucernarios, los muros cortina, las fachadas ventiladas, las marquesinas, los aparcamientos y el mobiliario urbano. Esta última aplicación es especialmente llamativa, puesto que técnicamente permitiría cargar el teléfono móvil en un banco mientras uno está sentado al fresco.
Toda la experiencia y las tecnologías de Onyx Solar se dan cita en el proyecto The Autonomous Office, una iniciativa financiada con fondos europeos y que pretende demostrar la viabilidad de un edificio de oficinas energéticamente autónomo. En esta misma línea, la empresa abulense también está colaborando en el proyecto europeo R2Cities, cuyo objetivo es alcanzar ciudades de coste energético cero por medio de soluciones como el vidrio fotovoltaico.
Junto con la pintura fotovoltaica a partir del material de moda –el grafeno– el vidrio fotovoltaico promete, pues, cambiar radicalmente el panorama energético. Las lunas de los vehículos del futuro podrían utilizar vidrios fotovoltaicos o incluso, por qué no, las mismísimas gafas con las que quizá estés leyendo este artículo.
Fuentes: Extreme Tech, Yuba Solar, Xataka.
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